EL RETRATO
Lleva tanto tiempo allí que
parece una prolongación del viejo aparador. Desde el interior del marco
oscurecido por el tiempo y la nostalgia, un apuesto joven con atuendo militar
nos sonríe.
— Es tu abuelo. Me dice al
sorprenderme mirándolo. Lo anuncia con la emoción de la primera vez, como si se lo desvelara a un extraño. Después
la historia de siempre. Que era muy guapo, que le tocó hacer la mili en África
y al poco de marcharse ella descubrió que estaba en estado. “Él no llegó a
saberlo”, se lamenta.
— Míralo, un valiente, esa
fiera la cobró él solito; y señala un pequeño hormiguero que yace a sus pies.
Sigue hablando. Que si pasó allí muchos calores y enfermó, que las cartas
dejaron de llegar...
Después va en busca de la
última y me pide que se la lea. Yo, como siempre, le narro los paisajes, los
colores, los sonidos y la luz de África que el abuelo describe; a veces se me
escapa una lágrima, sobre todo cuando llego a la parte en la que le confiesa
que no va a regresar, que está hechizado por la naturaleza, por el bullir
trepidante de la vida, por una negra de ojos grandes y enorme corazón.
Que le perdone, suplica, que
nunca la olvidará. Y se despide: “siempre tuyo”.
— ¿Ahí es dónde dice que me quiere, verdad?, me pregunta; y yo, una vez más, le digo que sí.
— ¿Ahí es dónde dice que me quiere, verdad?, me pregunta; y yo, una vez más, le digo que sí.
Este relato resultó ganador de la categoría general en el II CERTAMEN DE MICRORRELATOS JAVIER TOMEO en Alcañiz, que promueven la Asociación literaria Poiesis y la publicación Compromiso y cultura. La entrega de premios tuvo lugar el día 04-06-16 en el teatro de Alcañiz, en una ceremonia entrañable, en la que hubo poesía, música y muy buena compañía.