Cortar el rencor en lonchas muy finas y sazonarlo con una cucharadita de perdón. Trinchar los reproches y calentar los sentimientos fríos. Reservar. Pochar los malos recuerdos hasta reducir. Añadir a una cazuela en la que tendremos -ya caliente-, una cantidad abundante de aceite de olvido y cocer a fuego lento hasta obtener una mezcla armoniosa. Emplatar y servir una generosa cantidad que regaremos con un caldo joven de ilusión que habrá fermentado en corazones maduros. Se recomienda degustar en un restaurante de al menos cien estrellas, con vistas al futuro. Recomendado sólo para comensales dispuestos a experimentar nuevos sabores.
Este micro resultó finalista en el concurso semanal de Wonderland (imprenscindible 100 palabras), fue ganador Lorenzo Rubio, y me acompañan como finalistas: Juancho Plaza, Anna Jorba, Mª Belén Mateos, Paloma Hidalgo y Virtudes Torres.
¡Enhorabuena, Yolanda! Una micro-receta para los sentidos que bien podían tomar nota aquellas parejas que no se olvidan de las malas bromas del pasado.
ResponderEliminarMe gustó mucho. A seguir.
Besos.
Una extraordinaria receta. Te mando mis saludos.
ResponderEliminarSabroso y eficaz.
ResponderEliminarFelicidades, Yolanda!
Un gran relato finalista, Yolanda, abre las ganas de leer y de vivir.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha gustado tu menú para noches estrelladas. Enhorabuena Yolanda. Besosss!!
ResponderEliminarExcelente menú. Quizá más fácil de cocinar de lo que parece; solo con dosis de amor. Enhorabuena.
ResponderEliminarEnhorabuena!! Un micro rico, rico de verdad. Me ha encantado!
ResponderEliminarENHORABUENA, ReCompañera, por casi ganar y por bueno.
ResponderEliminarY un abrazo.
Gracias a tod@s por vuestro tiempo y comentarios.
ResponderEliminarEste menú es fa buloso, no me extraña que quedara finalista. Muchas felicidades.
ResponderEliminarbesicos muchos.