LA LLAMADA
Ya no quedan músicos en la
ciudad. Primero desaparecieron los virtuosos de los instrumentos de cuerda. Les
siguieron los de viento, cargados con sus clarinetes y trompetas avanzaron
lentos pero resueltos. Los percusionistas dejaron atrás sus bombos y platillos
para no ver entorpecido su avance. Los últimos fueron los instrumentistas
eléctricos que, aunque rezagados, también cedieron al influjo de ese sonido
fino, ese chillido reservado únicamente a tímpanos de sensibilidad superior que
provenía de las alcantarillas de las afueras de la ciudad.
Este micro llegó a las deliberaciones finales en el concurso de La Microbiblioteca y aparecerá en la publicación anual del concurso. Para leer al resto de finalistas pinchad aquí
La buena música a veces debe bajar al arroyo y al barro para comprender de dónde viene.
ResponderEliminarMuy bueno
JM
Muchas gracias por pasarte, amigo. En estos momentos en los que los blog's agonizan, es de agradecer.
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