"NOMBRE"
Deborah pide al tipo de bucea
en su escote, que la invite a una copa. Ya es capaz de reconocerse en ese
nombre, aunque sus recuerdos están detrás de otro que ya nadie pronuncia. Su
nuevo nombre es una herramienta de trabajo, igual que las lentillas color mar y
los tacones. Mientras el cliente la manosea, su memoria canturrea: “tengo una
muñeca vestida de azul…” y salta hasta las fábulas llenas de apuestos príncipes,
aún no ha olvidado al que la trajo hasta aquí ni el color de su sangre, muy diferente
al que proclamaban los cuentos.
Este relato llegó a la final de verano en ENTC Encadenados 2024 teníamos que seguir el título impuesto y no superar las 133 palabras, para leer el resto de finalistas, pulsaraquí