Los
sones de la única música que escucha desde aquel fatídico día se extienden por
toda la casa. Sigue intentándolo. Moviendo con gracilidad los brazos interpreta
el ostinato en do mayor mientras sus manos dibujan con maestría olas en el
aire; en el crescendo se arriesga a hacer un giro, y otro, pero cuando llega la
escandalosa coda cae desmadejada sobre la alfombra. Sólo entonces se deja
hacer. Él enjuaga sus lágrimas, acaricia el vacío que dejó la prótesis y estira
unos pliegues rebeldes del ajado tutú.
Este texto fue incluido en la revista del mes de noviembre de VALENCIA ESCRIBE, para ver la revista pulsar aquí.
Además la revista cuenta con grandes textos y el valor añadido de las originales ilustraciones de Juan Luis, como esta que luce la portada:
Felicidades por este baile de superación que nos muestras con una prosa muy trabajada. Que esté en la revista ya es algo grande y que tenga ilustración ....¡un lujazo!
ResponderEliminarBesos Yolanda y a seguir escribiendo que lo haces muy bien.
Gracias por tu visita y opinión Laura, sigo intentando mejorar, poco a poco.
EliminarUn beso.
Enhorabuena por esa publicación (mal titulada, jeje, que eso de Valencia si eres de por encima de los Montes de Toledo). He tenido que leer el micro varias veces pues creía ver cosas que no existían. Ese "se dejaba hacer" me llevaba a actos sexuales y de aquí vejaciones, etc. Ese "Él" no sé si es un segundo personaje. Al final creo que ella perdió las piernas, sigue intentando bailar y su pareja enjuaga las lágrimas. Anda que no soy rebuscado.
ResponderEliminarLo que eres es un gran lector, aunque yo solo había pensado en quitarle una pierna a la bailarina. ;)
EliminarGracias por tus siempre instructivos comentarios.
¡Felicidades, Yolanda! Es un orgullo compartir espacio contigo.
ResponderEliminarEs un microrrelato duro, con una gran sorpresa final.
Abrazos.