Su impotencia resbalaba por su
rostro y moría en el lienzo del pañuelo que estrujaba -nerviosa- entre sus
manos. Pegada a los cristales, contemplaba la hoguera que ardía en medio del
jardín. Estaba en pijama, ésa fue la única prenda que logró salvar. El resto de
la ropa de hombre era pasto de las llamas. Quiso abrir la ventana y gritarle a
su padre que el fuego no iba a llevarse su esencia, y que no era culpa suya. Ni
de su madre. Que no era un capricho, ni una enfermedad. Pero las lágrimas
ahogaron su voz, su voz femenina.
Este micro ha resultado finalista junto a Ignacio Feito, Xabier Blanco y Paloma Hidalgo. La ganadora fue Esperanza Temprano.
En los últimos minutos se puede escuchar el micro ganador: