jueves, 12 de enero de 2012

EL MENÚ


-Yo creo que está un poco soso y para mí que la carne no es tierna, muchos tenedores mucho lujo y al final qué paga uno, ná, la fachada, por hoy pasa pero como se repita pongo una queja.
-Tú, Leocadio, siempre tan exigente.
-De exigente nada, querida, yo he pedido muslo de infante con patatas y salsa de queso y esta carne es por lo menos de un adulto de treinta años.
La hiena miró de reojo al león, tendría que replantearse su relación, estaba resultando demasiado gruñón y remilgado para ella. 

6 comentarios:

  1. Muy bueno y ocurrente!! muslo de infante, ja, ja,hasta el final no se adivina.

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  2. Muy bueno, Yolanda. La correctora que hay en mí ve que los vocativos, cree ella, deberían ir entre comas: "Tú, Leocadio, "; "nada, querida," y quizá una coma después de tenedores?

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    1. La correctora que hay en tí, tiene razón, te juro que tuve puestas las comas y las quité. Voy a ello. Gracias.

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  3. Muy, muy divertido. Ese león sibarita y esa hiena hecha a todo, sin remilgos. Auguro que la relación no durará mucho. Un abrazo.

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  4. Qué susto me habías dado con el infante. Bueno tampoco sé por qué ahora estoy tranquila, si se lo van a papear. Je,je..Muy bueno el final. Yo he escrito un cuento para el blog del bosque que termina de una forma parecida. Intentaré ponerlo en el facebook cuando lo publiquen.Bsos.

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  5. Gracias a todas por vuestros comentarios.

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