miércoles, 28 de diciembre de 2011

UNA VISITA INESPERADA



No pensaba en ella, me era ajena y distante, nuestra ineludible cita se daría en una noche oscura con mi cuerpo enfermo y agotado tumbado en una cama de hospital, al cabo de muchos años.
Por eso cuando me sorprendió llena de salud y vida rumbo a mis maravillosas vacaciones al Caribe, no podía creérmelo.
El avión se precipitó en cuestión de segundos, creo que el asombro es el último gesto que se dibujó en mi cara, la sorpresa aniquiló el resto de sensaciones que acompañan a  la siniestra dama.

3 comentarios:

  1. Siniestra dama a la que no quisiéramos conocer nunca y menos a destiempo. Buen micro, Yolanda.

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  2. Nunca se puede confiar en ella, por eso hay que aprovechar el día al día, esquivar al destino. Un saludo Yolanda y feliz entrada de año.

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  3. Gracias amigas, por vuestros comentarios y venturoso 2012 para vosotras.

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